Comienza la segunda semana de la Cumbre del Clima COP25 con varias incertidumbres sobre la mesa tras la primera semana de negociaciones. Entre los objetivos planteados para este encuentro se sitúa conseguir concretar y asegurar el cumplimiento del Artículo 6 del Acuerdo de París, que regula los mercados de emisiones de carbono a la atmósfera.
Esta regulación pasa por establecer un mecanismo de mercado de emisiones (NDC, por sus siglas en inglés) que facilite el logro de los objetivos de reducción así como aumentar la ambición climática por parte de los firmantes. Esto se conseguiría poniendo precio a las emisiones de carbono y determinando cómo los países que más contaminan pueden “comprar toneladas de CO2” a aquellos países menos contaminantes y que tienen sumideros de carbono (Fuente: www.diarioresponsable.com) .
Este tema será uno de los principales focos también en esta segunda semana tras las “resistencias” en el plano político a elevar la ambición en la lucha contra el cambio climático. Además, una mala aplicación del sistema puede derivar en una contaminación sistemática y que además se haga un negocio paralelo con ello.
En esta segunda semana se intentará consensuar un mercado global y transparente registrado por la ONU, en el que el precio final de emisión de carbono será diferencial. Si el precio es alto, se presupone que las empresas asumirán más rápido las energías renovables por el coste adicional asociado a la emisión de gases contaminantes.
El principal problema que presenta este mercado de carbono es su carácter global y eso requiere del compromiso de los principales países contaminantes, que tienen iniciativas e intereses propios. China, Estados Unidos y la Unión Europea son tres regiones fundamentales que deben alcanzar un acuerdo definido para que esta iniciativa pueda tener éxito.
Sin embargo, EEUU, el segundo país que emite más emisiones de CO2 al mundo, anunció en el mes de noviembre su intención de retirarse de los Acuerdos de Paris. Otro de los retos abordados durante la primera semana es la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera a la mitad, limitando así el aumento de la temperatura global por encima de los 2ºC.
“Es cierto que hemos encontramos cierta resistencias en temas de calado más político, como es la ambición, que es lo que nos está pidiendo la calle y la ciencia. Tenemos que ser capaces en esta Cumbre de dar respuesta a lo que la ciencia nos está diciendo, que estamos lejos de cumplir con el objetivo que nos pusimos en París (establecer compromisos de reducción de gases de efecto invernadero que eviten que la temperatura media del planeta suba por encima de 1,5 grados a finales de siglo”, señaló la directora de la Oficina de Cambio Climático en España, Valvanera Ulargui.
Unido a este acuerdo y a las negociaciones bilaterales, esta primera semana también ha estado marcada por la manifestación climática organizada en Madrid por los jóvenes de Friday For Future, que el pasado viernes tomaron las calles junto a Greta Thunberg, pidiendo un cambio. Thunberg finalmente no pudo participar por la gran expectación que generó su presencia pero dedicó unas palabras a los jóvenes allí presentes.
“Vosotros sois la esperanza. Tenemos que hacer que se escuchen nuestras voces. Los líderes nos están traicionando y decimos basta ya porque no tenemos otra opción”, indicó la joven Thunberg.
Junto a esto, esta semana también se abordarán otros problemas relacionados con el medio ambiente que distintos países han propuesto durante el desarrollo de la cumbre. Uno de los más importantes es la demanda de los países en desarrollo de la obtención de fondos para reparar los efectos de los desastres naturales. Actualmente ya generan miles de millones de euros en pérdidas y tienen unos presupuestos muchos más limitados que los países desarrollados.
Este compromiso pasa por fortalecer la iniciativa del “Fondo Verde” y su reestructuración. Pensado para hacer frente a la adaptación al cambio climático, en la COP25 se plantea su cambio para que sea un fondo destinado a compensar sus efectos, ya que estos se están produciendo actualmente y requieren una respuesta firme por parte de los gobiernos.
Por último, se abordará el papel que las empresas privadas juegan en el cambio climático. Las empresas que producen una contaminación intensa derivada de su actividad (energéticas, transportes, textiles, consumo…) juegan un papel fundamental en esta política de reducción de emisiones. Contar con una colaboración eficaz con ellas y concienciar sobre la necesidad del cambio del modelo productivo son factores que ayudarán en la reducción de la contaminación.
¿Y si no hay acuerdo?
Si las partes implicadas no llegan a un consenso en lo que se refiere al Artículo 6 del Acuerdo de Paris, deberá ser resuelto en la COP 26 de Glasgow que se celebrará en noviembre del año que viene. La asociada para la Acción Climática Internacional del Instituto Mundial de los Recursos (WRI), Yamide Dagnet alertó contra la relajación
“Es importante por el riesgo que tiene no tomar ninguna decisión. Hay que hacerlo, y hacerlo muy bien. Y tenemos que estar atentos para que el greenwashing no entre en ninguna parte. Eso sería engañar a la gente”, señaló. (Fuente: lamarea.com)
Una de las formas de participar de manera activa en la concienciación y en la lucha contra el cambio climático es a través del voluntariado corporativo. Promover actividades medioambientales en las empresas que contribuyan a esta lucha es una de las vías para conseguir un mundo más sostenible. En Fundación Hazloposible facilitamos plataformas a las empresas para promover actividades de voluntariado con ONG que ayudan a la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU para la Agenda 2030. ¿Crees que tu empresa puede aportar su granito de arena pero no tienes muy claro el cómo?, ¡infórmate aquí!