Día Mundial de la Prevención del Suicidio

Todos hemos escuchado hablar de la importancia de la prevención del suicidio, un acto que se puede evitar, siempre que se realicen las intervenciones oportunas con abordaje multifactorial, multisectorial e integral, con la intención de reducir los riesgos y aumentar los factores de protección.

Es una acción con la que no podemos, ni debemos mirar hacia otro lado, ya que es responsabilidad de todos ayudar a su prevención en la medida de lo posible. Por ello, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (AIPS),  en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), promueven cada 10 de septiembre el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, con el objetivo de crear conciencia acerca de esta problemática.

Los suicidios y los intentos de suicidio son un acto que tiene un efecto dominó, ya que no solo afecta a las personas, sino que afecta de manera global a las familias, las comunidades y las sociedades. Hay que tener en cuenta que cada vida perdida representa a un amigo, padre, madre, hijo, abuelo o compañero de alguien. Por cada suicidio producido, son muchas las personas alrededor que sufren las consecuencias.

De esta forma, se ha podido determinar que el comportamiento suicida se desencadena por ciertos factores de riesgo o causas complejas, tales como la pobreza, el desempleo, la pérdida de seres queridos, los traumas y/o abusos, así como los trastornos mentales. Con ello, tener antecedentes familiares de suicidio, el abuso de alcohol y estupefacientes, los maltratos en la infancia, el aislamiento social y determinados trastornos mentales, así como las enfermedades orgánicas y el dolor discapacitante tienen gran influencia en numerosos suicidios.

Si analizamos detenidamente todo lo anteriormente mencionado, podemos observar cómo la salud mental juega en gran medida un papel fundamental en todo este tema. Y a todo ello, hay que sumarle que la estigmatización, la discriminación y la violación de los derechos humanos de las personas con trastornos mentales están todavía muy extendidas en la sociedad, siendo las personas más pobres y más desfavorecidas de la sociedad  las que mayores riesgos corren de verse afectadas por mala salud mental, siendo a su vez las que menos probabilidades tienen de recibir los servicios adecuados.

Durante el primer año de la pandemia, la depresión y la ansiedad aumentaron más de un 25%. Incluso antes de la COVID-19, solo un pequeño porcentaje de las personas que la necesitaban tenían acceso a atención de salud mental eficaz, asequible y de calidad.

Los 194 Estados Miembros de la OMS han suscrito el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030, por el que se comprometen a lograr las metas mundiales para transformar la salud mental. Aunque el cambio es posible, no es lo bastante rápido, y la salud mental sigue teniendo una creciente necesidad y desatención.

No debemos olvidar que durante la pandemia, se puso en valor la salud mental y se movilizó el voluntariado en este sentido. Era necesario un mayor esfuerzo de la sociedad y esta respondió. 

A raíz de todo ello, en 2020 aparecieron infinidad de asociaciones, proyectos y grupos de ciudadanos dispuestos a actuar como voluntarios. El voluntariado digital fue bien recibido en las empresas, que también pusieron su granito de arena a través del Voluntariado Corporativo. Algunas formas de ayuda empleadas fueron la realización de talleres, llamadas telefónicas a las personas mayores o a todas aquellas que se encontraron en una situación de aislamiento para paliar la soledad y ayudar a su bienestar mental, así como contenidos educativos en directo para entretener a niños y familias durante los meses de confinamiento.

A pesar de ello, sigue siendo necesario crear sinergias entre ONG y empresas, para la realización de colaboraciones a través del Voluntariado Corporativo, en especial para esta gran causa que es la prevención del suicidio. 

Para ello, desde del Departamento de Voluntariado Corporativo de Fundación HazloPosible se formulan varias recomendaciones de actuación para su prevención, tales como concienciar sobre esta problemática, apostar por la sensibilización y concienciación, conocer sus causas así como las señales de alerta, mostrar especial cuidado y ayuda a las personas que se encuentran en situaciones difíciles, restringir el acceso a los medios para el suicidio, trabajar en mejores políticas de salud mental y reducción del alcohol.

A su vez, otra iniciativa del Ministerio de Sanidad frente a esta problemática ha sido la Línea 024 de atención a la conducta suicida. Un servicio de ayuda a las personas con pensamientos, ideas o riesgo de conducta suicida, así como a su familiares y allegados, en la que se proporciona contención emocional por medio de la escucha activa de profesionales. Una línea telefónica nacional, gratuita, confidencial y disponible las 24 horas del día, los 365 días del año, que en ningún caso pretende reemplazar la consulta con un profesional sanitario cuando sea necesario.

También, hay varias señales o signos de advertencia que podemos identificar cuando una persona está en riesgo de intentar suicidarse. Algunos de ellos son: hablar de sentirse vacío o desesperado, sin motivos para vivir, pensar que no hay ninguna solución, sentir un dolor físico o emocional insoportable, sentirse una carga para los demás, alejarse y aislarse, mostrar cambios extremos de ánimo, así como consumir alcohol y/o drogas frecuentemente, entre otros.

Por ello, se presentan cinco medidas que pueden ayudar a una persona con dolor emocional:

  1. Realizar la difícil pregunta: ¿Estás pensando en suicidarte? Ya que preguntar a las personas en riesgo no aumenta los suicidios ni sus pensamientos.
  2. Manteniendo a salvo a la persona en riesgo, reduciendo su acceso a ciertos objetos o lugares letales.
  3. Estar presente. Escuchar lo que esa persona está pensando y sintiendo.
  4. Ayudar a la persona en riesgo a establecer una conexión. Bien sea guardando en su teléfono el número de la Línea 024, así como con un miembro de la familia, un amigo o un profesional de la salud mental.
  5. Mantente comunicado. Es realmente importante mantenerse en contacto con la persona posteriormente a una crisis o tras haber sido dada de alta de su tratamiento.

Y tú, ¿Cómo puedes ayudar en este día? Desde la Asociación Teléfono de la Esperanza puedes participar en la carrera ‘Pedalea por la vida’, que se llevará a cabo entre el 10 de septiembre y el 10 de octubre. En ella, se suman kilómetros de solidaridad en favor de la prevención del suicidio.

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