La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad.
Conforma una parte fundamental de nuestro bienestar emocional, psicológico y social, convirtiéndose en un pilar clave que sustenta nuestras capacidades individuales y colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y darle forma al mundo en el que vivimos.
No debemos olvidar que la salud mental es un derecho humano fundamental. Afecta a la forma en que pensamos, sentimos y actuamos. A su vez, nos ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nuestras relaciones con los demás, así como en la toma de decisiones, siendo importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia, hasta la adultez y la vejez.
Por ello, cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, con el objetivo de concienciar al mundo sobre la salud mental y movilizarnos para apoyar a todos aquellos que estén teniendo problemas con su salud mental.
De esta forma, cada año se organiza una campaña mundial por este día. Para este 2022, el lema establecido por la Federación Mundial de Salud Mental (WFMH por sus siglas en inglés) ha sido: “Que la salud mental de todos sea una prioridad mundial”, centrando el foco en la infancia y la juventud, dos de los grupos que más afectados se han visto por la pandemia. Se pretende interpelar e involucrar en el cuidado y la protección de la salud mental desde la infancia, en las instituciones y agentes decisores, así como en jóvenes y adolescentes, familiares con niños pequeños, comunidades educativas… para que presten especial atención a la salud mental, otorgándole la importancia que tiene a lo largo de la vida de las personas.
Cada vez somos más conscientes de la importancia que cobra en nuestras vidas y en la calidad de las mismas nuestra salud mental. Como hemos mencionado anteriormente, la salud mental nos ayuda a enfrentar el estrés del día a día, a estar físicamente saludables, a tener relaciones sanas, a contribuir a nuestra comunidad, a trabajar productivamente y a alcanzar nuestro máximo potencial.
Por ello, las enfermedades mentales pueden afectar nuestra forma de pensar, el humor e incluso nuestro comportamiento, pudiendo ser ocasionales o perdurar en el tiempo. Los problemas mentales son comunes, existiendo tratamientos disponibles para que las personas que los sufren puedan mejorar y gran parte de ellas, recuperarse por completo.
El 2 de marzo, la OMS publicó un informe en el que muestra las consecuencias que ha tenido la COVID-19 en la salud mental, así como en la disponibilidad y acceso a servicios de salud mental durante la pandemia. En el informe se destaca cómo durante el primer año de la pandemia ha habido un aumento significativo de problemas de depresión y ansiedad y cómo los servicios de salud mental han sido los más interrumpidos y afectados entre los servicios de salud esenciales.
Los problemas mentales han aumentado durante la pandemia en la población general y la salud mental ha cobrado tal importancia en las sociedades, que forma parte del ODS 3 de la Agenda 2030, centrado en garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
Por todo ello, desde el Departamento de Voluntariado Corporativo de Fundación HazloPosible apostamos por la promoción y prevención, centradas en la identificación de los determinantes individuales, sociales y estructurales de la salud mental, para posteriormente intervenir a fin de reducir los riesgos y crear entornos favorables para la salud mental.
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