25N: Día de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. El primer paso para eliminar la violencia contra la mujer es reconocerla

El 25 de noviembre es el Día de la Eliminación de la violencia contra la Mujer y es por ello que, desde desde Fundación Hazloposible, queremos aportar nuestro grano de arena en este día, poniendo el foco en distintas señales que alertan sobre una violencia que, en muchas ocasiones se ejerce sistémicamente sobre las mujeres; lo que conocemos como “micromachismos”. La detección de estos, junto con diversas acciones que empresas y ONG realizan en conjunto mediante el voluntariado corporativo, nos acercan a una convivencia mucho más igualitaria entre los ciudadanos, en línea con el ODS 5, ‘Igualdad de género’.

Desde el Departamento de Voluntariado Corporativo de Fundación Hazloposible, trabajamos con ONG y empresas que trabajan día a día  a través de sus programas o actividades de voluntariado corporativo para ofrecer herramientas y recursos a las mujeres para lograr su empoderamiento, y contribuir a eliminar situaciones de desigualdad de género o todo tipo de violencias contra las mismas.

Algunas de las iniciativas de voluntariado corporativo que tienen el foco en la lucha contra la eliminación de la violencia contra las mujeres, o en el freno a la desigualdad de estas, son aquellas que centran su acción en actividades que fomentan las vocaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en niñas, ya que sólo el 35% de los estudiantes matriculados en las carreras vinculadas a estas disciplinas son mujeres (Forbes, 2022). De este modo, las niñas encontrarán una fuente de interés en disciplinas tecnológicas que cuentan con una gran brecha de género. 

Fundación Quiero Trabajo, destina su labor social a enseñar a mujeres a preparar una entrevista de trabajo, o a elaborar un currículum, entre otros, que conforman aspectos clave en el fomento de su autoestima y para luchar contra el conocido “síndrome del impostor”, aquel que impide reconocer sus logros, o que hace que la persona se vea incapaz, poco creativa o poco inteligente.

Otra de las claves en las que centran su actividad este tipo de fundaciones son la detección de los micromachismos en el entorno laboral. Aunque se está popularizando este término, Oxford Languages define un micromachismo como aquella actitud, acción o práctica que es machista, pero que no resulta demasiado evidente en un principio, al ser algo sutil, cotidiano o socialmente muy asumido. Estos, deben ser detectados y moldeados desde la infancia.

Para poder erradicarlos, deben visibilizarse. Su origen está en la educación patriarcal que nuestra sociedad nos ha inculcado, así como en los productos culturales que hemos consumido desde que nacemos. Es por ello que, aunque nos podamos considerar feministas y/o condenemos la violencia machista, siempre podemos caer en alguno de estos elementos sin darnos cuenta. 

Es más, los micromachismos en ocasiones pasan totalmente desapercibidos por su cotidianeidad. Por ello, debemos recalcar la importancia de educar en igualdad desde la infancia, buscando poner fin a los roles de género que tenemos inculcados, antes de que los niños y niñas adquieran estos comportamientos como norma. Esta es la pieza clave para garantizar un espacio libre y justo para todos los ciudadanos.

El peligro que viene dado de estos micromachismos es mayor de lo que se cree, debido a que suelen conformar la punta del iceberg que en muchas ocasiones derivan en otros signos de violencia contra la mujer mucho más graves: desde ejercer control sobre esta, el chantaje, o la culpa, hasta el lado más extremo como son las agresiones sexuales o los feminicidios (El País, 2019).

 

Conoce los micromachismos más comunes en el entorno laboral

El lugar de trabajo es uno de los “puntos calientes” donde los micromachismos se desarrollan. Estos suelen derivar en incomodidad, pérdida de motivación y culpa, lo que genera una sensación de doble jornada y una pérdida de confianza en la mujer, que a su vez acaba reflejándose en una desigualdad de oportunidades (Gestión, 2021). Conoce algunos de los más comunes: 

 

  1. El “mansplaining” o explicar algo a una mujer, sin que ella haya pedido esta información es una forma de establecer un status superior del hombre frente a la mujer. 
  2. Referirse a hombres en el trabajo por su apellido, pero a las mujeres por su nombre, reduce la seriedad con la que un individuo se dirige a otro, dándole al hombre un respeto superior.
  3. La brecha salarial. Este es un micromachismo bastante llamativo que sigue candente y tiene como consecuencia la incomodidad y la pérdida de autoestima de la mujer. No debe admitirse una diferencia salarial entre sexos por el mismo puesto de trabajo, por no mencionar la diferencia de número de mujeres en puestos directivos en comparación con los hombres.
  4. Proponer ver el “partido” a los hombres y no a las mujeres en el descanso del trabajo, asumiendo que a las mujeres no les va a interesar el fútbol, el baloncesto o cualquier otro deporte clásicamente protagonizado por hombres.
  5. Negarse a aceptar palabras nuevas en nuestro vocabulario como “jueza” o “presidenta”, solo porque pueda suponer un sobreesfuerzo al hablar, sin plantearnos que tal vez este uso del lenguaje aporte comodidad y pertenencia a la interlocutora.
  6. Los uniformes. En distintos puestos de trabajo, como en las compañías aéreas por ejemplo, el uniforme de mujer va con falda y el de hombre con pantalón, sin opción a elegir. (El País, 2019).

 

La educación como elemento clave 

Tal y como ilustra el Pacto de Estado contra la Violencia de Género del año 2017, todos los elementos participantes coincidían en que la clave para poder mitigar los casos de violencia de género estaba en la educación de los menores, tanto en las aulas, con labores de educación y concienciación, como en los hogares (ELLE, 2021).

Aprender a decir ‘no’ y la asertividad. Este es un proceso que puede resultar complicado para muchos adultos, pero es algo que puede practicarse. El aprender a expresar los sentimientos, el saber opinar o criticar -constructivamente-, sin miedo a las represalias, es una herramienta que empodera de por vida. El amor no es posesión, y los conflictos se resuelven hablando y negociando pacíficamente.

Dar ejemplo desde casa, con actitudes modelo. Educar en igualdad y evitar comportamientos sexistas, donde los padres también se ocupen de tareas domésticas, no se use un lenguaje despreciativo o machista, o la expresión libre de las emociones fomenta que los niños y niñas se desarrollen en un entorno sano que marcará la diferencia en su futuro.

La información dada en las aulas sobre violencia de género es insuficiente y se centra más en preparar a las niñas que a los niños. Por eso, a través del voluntariado corporativo y de la mano de las ONG, se pueden construir actividades de sensibilización frente a esta problemática en las aulas, así como dentro del entorno laboral (ELLE, 2021).

 

Cómo evitar la violencia

  1. Conocer y detectar estos micromachismos.
  2. No quedarse en silencio ante actos de violencia machista ni violencia de ningún tipo. 
  3. Deconstruir las actitudes machistas que nos acompañan estructuralmente.
  4. No darle difusión a estos actos violentos y no minimizar a las víctimas.

Desde el Departamento de Voluntariado Corporativo de Fundación Hazloposible, trabajamos cada día con empresas y ONG para fomentar la unión de los objetivos comunes de ambas partes que desemboquen en proyectos de voluntariado de gran impacto y que logren vencer día a día, esta y otras problemáticas sociales.

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